martes, 20 de noviembre de 2012

Una borrasca de esperanza

"Podemos ir 24 puntos por detrás de Vettel hasta Brasil y ganar allí y él que no acabe. El resultado vale igual". La reflexión es de hace poco más de un mes, en Corea del Sur, y pertenece a Fernando Alonso. Aún era líder del Mundial pero daba por hecho que el fin de su mando provisional en el campeonato estaba próximo. De hecho, sólo un día después, Sebastian Vettel tomaba el control. Desde entonces, en la mente del asturiano ha resonado una y otra vez el nombre de Interlagos. Esa ha sido su gran obsesión. Llegar vivo a un final a cara o cruz donde las manos tiemblan y las cabezas merodean por el limbo durante 71 vueltas. Los últimos 300 kilómetros -305.909 metros- del curso. La última oportunidad para tomarse la revancha con el alemán tras dos años de espera. Tanto Ferrari como Felipe Massa pueden dar fe de que en Brasil, hasta la última curva, cualquier trama es posible. [Vídeo: Vuelta virtual a Interlagos] Será la última misión del año del 'samurái' Alonso. Salvar los 13 puntos que ahora mismo le separan de su tercera corona. Luchar con una pesada espada frente a un adversario que dispone de la munición más sofisticada. La que le proporciona la ilimitada imaginación de Adrian Newey. Una batalla desigual porque Vettel, además de contar con su fiel 'Abbey' -el nombre con el que bautizó a su RB8-, dispone de un botín que apenas le obliga a tomar riesgos. Un cuarto puesto sería suficiente para subir su tercer escalón de forma consecutiva, algo que sólo su idolatrado Michael Schumacher y el mítico Juan Manuel Fangio han conseguido en los 60 años de historia de la F1. Sin embargo, cuando el semáforo de Interlagos se apague, todo lo ocurrido hasta ahora en el campeonato quedará olvidado. Sólo importarán esos poco más de 300 kilómetros que separan a Sebastian Vettel o Fernando Alonso del tricampeonato. Una distancia que el cielo brasileño, una caja de sorpresas en los últimos años, puede convertir en una odisea. Que se lo digan a Lewis Hamilton en aquella última parada en 2008, donde las manos le volvieron a temblar con la misma intensidad que lo habían hecho un año antes. Sólo que esta vez, ese mismo cielo le concedió una última oportunidad tras el giro final, antes de afrontar la línea de meta. Con el clan de los Massa dando botes y descorchando champán en el box de Ferrari. El chaparrón convirtió al bólido rojo en campeón virtual hasta la última curva. Momento en el que el McLaren de Hamilton rebasó al Toyota de Timo Glock y entró en la nómina de genios con corona. Aquél fue el mayor 'shock' en la 'Scuderia' hasta el trágico desenlace de 2010 en Abu Dhabi, con Alonso y Vettel también como protagonistas. Y eso que un año antes, en 2007, Ferrari había bailado la mayor samba que se recuerda en Maranello después de colarse en la fiesta que Ron Dennis creía tener apalabrada para McLaren. Kimi Raikkonen, con tres victorias en las últimas cuatro carreras, irrumpió por sorpresa con la ayuda de Felipe Massa, que entregó gentilmente su primera posición al finlandés para teñir de rojo el campeonato por última vez hasta la fecha. De esos dos episodios, Alonso tiene cosas muy aprovechables para su causa. En la derrota de Felipe Massa, el brasileño afrontaba la carrera a siete puntos de Hamilton, aunque entonces las victorias sólo valían 10, y a punto estuvo de dar la campanada. Por lo que la distancia con la que llegó a Sao Paulo era bastante similar a la que este fin de semana tiene que salvar el asturiano. Además, igual que aquella oscura tarde de domingo, la lluvia puede volver a formar parte del espectáculo durante todo el fin de semana. Y eso, esta temporada, es sinónimo de algo grande para el piloto español: dos 'poles' (Silverstone y Hockenheim) y una victoria (Sepang). Porque esta temporada nadie ha bailado bajo el agua como él. Con la remontada de Kimi Raikkonen en 2007 nadie contaba. Se daba por hecho que un McLaren, con mucha más pegada durante todo el curso, cruzaría primero la línea de meta. Pero nada de eso ocurrió. Los Red Bull, como entonces lo eran las 'balas de plata', también son favoritos este fin de semana. Suyas son las tres últimas victorias en tierra 'canarinha' -dos de Webber (2009, 2011) y una de Vettel (2010)-, suyo es el bólido más potente del campeonato y suyos, de Sebastian Vettel, son los 13 puntos que les permite afrontar la última posta con algo de tranquilidad. Y también, todo hay que decirlo, suyos son quebraderos de cabeza con el alternador... Analogías que se recalcan en estos momentos decisivos por cada rincón de Ferrari. El 'samurái' Alonso vela sus armas antes del 'round' decisivo. Días de relax por Nueva York para despejar al máximo la mente. "Estamos en ese hilo que separa ganar o perder. Lo bueno y lo mágico. El soñar o vivir. Es una línea delgada y nos hemos acostumbrado a ella..." Son las últimas palabras de Alonso. Alonso será campeón si... 1. Lograr la victoria en Interlagos y que Sebastian Vettel termine quinto o más retrasado. 2. Finalizar 2º y que Vettel cruce la meta 8º o peor. 3. Terminar en la tercera plaza y que el alemán de Red Bull termine décimo o no logre puntuar. Vettel será campeón si... 1. Termina entre los cuatro primeros. 2. Finaliza quinto, sexto o séptimo y Alonso no gana. 3. Si Alonso no sube al podio.

Fuente de la Noticias: Noticias de España

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