domingo, 4 de noviembre de 2012

Los diez mejores gadgets de James Bond

La tecnología, eso es indudable, invade hoy nuestras vidas de una forma que muy pocos habrían podido imaginar hace apenas un par de décadas. En la actualidad, cualquier ciudadano medio puede localizar lugares y personas sin despeinarse, acceder a cualquier clase de información desde la cola de la panadería, traducir cualquier idioma de forma instantánea o ir exactamente al lugar al que quiere ir en una ciudad en la que nunca había estado antes. Cualquier persona lleva en el boilsillo (a menudo sin darse cuenta), una grabadora, un GPS, una brújula, una cámara de fotos y de vídeo, un escáner de documentos, un traductor universal, un procesador de textos, un aparato de TV, una enciclopedia completa, un mapa detallado de todo el planeta, un podómetro, un distorsionador de voz, un medidor de la frecuencia cardíaca... O cualquier otra función que permita una de las cientos de miles de aplicaciones descargables que hay en el mercado.Hace cincuenta años, sin embargo, ! las cosas no eran así y el mundo no estaba pendiente, como lo está hoy, del último «juguete» tecnológico, ni de la última aplicación futurista, como la que permite identificar a una persona con sólo enfocarla con la cámara del móvil. Hace cincuenta años, la tecnología era mucho menos social, y estaba al servicio de algunas minorías selectas y privilegiadas. Entre ellas, por supuesto, los espías. Y si hay un espía que ha hecho alarde durante décadas de todo tipo de increíbles adelantos, ése ha sido, sin duda, James Bond. Cincuenta años y veinticuatro películas del agente 007 nos han dejado todo tipo de gadgets futuristas y de aplicaciones que han cautivado nuestra imaginación y que, de algún modo, anticipaban nuestra forma moderna de enfrentarnos a los adelantos tecnológicos. Gafas de rayos X, relojes láser o que repelen las balas, móviles con los que se puede conducir un coche por control remoto, mochilas voladoras, estaciones espaciales o los más! sofisticados sistemas de comunicación personal. Del laborato! rio de Q han salido vehículos anfibios, bolígrafos láser, encendedores espía, misiles en forma de cigarrillos y toda clase de artilugios destinados a poner las cosas un poco más fáciles al agente secreto más famoso del mundo.Muchos de esos dispositivos se han convertido en realidad, o incluso han sido superados por ella. Otros, sin embargo, están aún lejos de realizarse. Pero todos ellos han contribuído a cambiar nuestra manera de ver, y de considerar, la tecnología. Sería largo y difícil analizar los cientos de juguetitos utilizados por Bond a lo largo de cinco décadas. Traemos aquí, como botón de muestra, diez de los más significativos.Desde Rusia con amor (1963)Aunque los primeros mensáfonos datan de los años cincuenta (entre los primeros usuarios figuran los médicos de Nueva York) no se popularizaron hasta un par de décadas más tarde. Aún en la actualidad se utilizan en zonas a las que la telefonía móvil convencional no llega. James Bond, sin embargo, ya! recibía instrucciones a través de uno de estos dispositivos durante su peligrosa estancia en Rusia, en 1963.Desde Rusia con amor (1963)En la misma película, la segunda de la saga, el agente 007 utiliza un revolucionario teléfono con el que se puede comunicar desde el interior de su coche. Toda una novedad para una época en la que aún no existía la telefonía móvil. Un adelanto tecnológico que hoy, sin embargo, está al alcance de cientos de millones de personas en todo el mundo.Operación Trueno (1965)Probablemente uno de los más espectaculares (y premonitorios) gadgets utilizados por James Bond en sus películas. Durante la película, la mochila voladora sólo aparece durante unos instantes, lo justo para permitirle escapar saltando un enorme muro tras el cual le espera su Aston Martin. Años después, el Ejército norteamericano desarrolló el primer dispositivo real. Funcionaba a base de nitrógeno y permitía una breve autonomía de vuelo. En los Juegos Olím! picos de Los Angeles, una de las principales atracciones de la! ceremon ia de apertura fue, precisamente, la de un hombre volador aterrizando en el centro del estadio.Diamantes para la eternidad (1971)Gracias a este sofisticado dispositivo, el malvado Blofeld, asesino de la esposa de Bond, consigue imitar voces y engañar así a sus rivales. Hoy en día, cualquier usuario de móvil puede bajarse una de las muchas aplicaciones gratuitas que permiten al usuario cambiar de voz a voluntad. El catálogo de voces es muy amplio, y los resultados, francamente divertidos.Vive y deja morir (1973)En este filme, nuestro agente secreto luce un Rolex Submariner, pero con un equipamiento muy especial. De hecho, el reloj lleva un potente electroimán y una sierra giratoria incorporada. Gracias a él, 007 consigue atraer hacia su mano toda clase de objetos metálicos y salvar la vida en una piscina llena de tiburones. El escudo magnético, además, también podría desviar a distncia balas (no de plomo) disparadas contra él. La espía que me amó (1977)Además ! de gadgets y bellezas sin igual, Bond ha hecho alarde en sus películas de una impresionante colección de automóviles. Marcas como Audi, Bentley, BMW, Alfa Romeo, Aston Martin, Mercedes, Rolls Royce, AMC... han permitido siempre escapar al espía gracias a su velocidad y a la impresionante dotación de armas incorporadas. En «La espía que me amó», Bond consigue escapar conduciendo bajo el agua un Lotus Spirit capaz de convertirse en submarino. Octopussy (1983)En su arriesgada misión de destruir una base militar en Cuba, Bond lleva en la muñeca un Seiko modificado que le permite ver imágenes, como si de un pequeño televisor se tratara. Y aunque parezca mentira, un dispositivo así no ha pasado, en la vida real, del simple proptotipo. Quizá otras pantallas, como las de los teléfonos móviles, hayan convertido al reloj-televisor en un objeto de poca o ninguna utilidad práctica. Más tarde, en Golden Eye (1995), Bond usaría por primera vez un reloj Omega (el Seama! ster), que incluía un práctico rayo láser y un detonador.Li! cencia p ara matar (1989)¿Puede haber en un equipaje algo más inofensivo que un tubo de pasta dentífrica y un paquete de cigarrillos? En manos de Bond, sin embargo, el tubo contiene una potente pasta explosiva, y el paquete de cigarrillos un detonador... Ideal para abrirse camino en situaciones complicadas.El mañana nunca muere (1997)Desde hace un buen número de años, los móviles de James Bond son famosos por sus increíbles prestaciones. En sus manos, y debidamente modificados, se convierten en sofisticados analizadores de huellas o en mandos de control remoto capaces de manejar un BMW 730, como sucede en una memorable escena de «El mañana nunca muere». Con un Ericsson R380, el agnete 007 consigue, en efecto, esquivar en un parking subterráneo a todo un ejército de malvados, maniobrando el coche desde el móvil y lanzándoles incluso misiles.El mismo teléfono, en otras escenas de la película, sirve para abrir una cerradura electrónica, analizar huellas digitales o sol! tar, como si fuera una pistola Taser, una descarga de 20.000 voltios a uno de sus enemigos. En la actualidad, lo del control remoto ya es una realidad en algunos casos (recordemos por ejemplo el Airdrone, el quadricóptero que se maneja con el móvil) mientras que el resto de las funciones siguen siendo fantasía.El mundo no es suficiente (1999)Gracias a estas gafas tan especiales, Pierce Brosnan conseguía ver a través de las paredes, averiguar qué armas llevaban sus enemigos o espiar el tipo de lencería de sus conquistas. Y si bien, por la propia naturaleza de los rayos X unas gafas así no son posibles en la realidad, ahí tenemos, por ejemplo, las recientemente presentadas gafas de Google, capaces, entre otras cosas, de mostrarnos información en tiempo real sobre las personas con las que estamos hablando. No es lo mismo, desde luego, pero la idea se aproxima bastante.

Fuente de la Noticias: Noticias de España

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