sábado, 10 de noviembre de 2012

Las huelgas generales en el resto de paises: escasas y sin resultados

España afrontará el próximo 14 de noviembre su segunda huelga general en ocho meses en medio de una complicada situación económica, en recesión, con nuevo récord de paro (supera ya el 25%), sumida en la incertidumbre sobre la petición del rescate y unos planes de recortes que amenazan con socavar más el crecimiento y pasar nuevas facturas sociales. Los sindicatos llaman de nuevo a paralizar el país frente a las políticas de Mariano Rajoy y enmarcan esta convocatoria dentro de una jornada de 'lucha europea'. También hay convocadas huelgas generales para ese día en Portugal, Malta, Chipre y Grecia. Echamos la vista cinco años atrás para recorrer estos y otros países y descubrir en qué medida han recurrido a las huelgas generales para tratar de provocar un cambio de rumbo y si en algún caso lo han conseguido. Grecia Héctor Estepa, desde Atenas Grecia es sin duda alguna el país europeo que más ha activado el mecanismo de la huelga general para protestar por los recortes. Los sindicatos helenos han llamado a 25 jornadas de paro total desde que explotó la crisis en 2010. Algunas de las protestas se alargaron durante 48 horas en lugar de las 24 tradicionales en Europa. Su frecuencia fue tal que en algunas ocasiones sólo mediaban unos días entre un paro y otro. Disturbios frente al Parlamento griego el pasado 18 de octubre. | Efe Ha sido en Atenas donde las marchas contra la austeridad han sido más beligerantes. Las imágenes de los frecuentes disturbios entre manifestantes radicales y la policía han dado la vuelta al mundo. Incluso se han dado víctimas mortales: tres personas murieron en mayo de 2010 después del incendio de una sucursal bancaria por parte de un grupo de radicales. En octubre de 2011 murió un sindicalista de un paro cardíaco tras haber sido golpeado en una pierna durante los disturbios y el pasado 18 de octubre otro manifestantes sufrió un paro cardíaco, aunque alejado de los disturbios. "Aquí vienes a gritar, te liberas, crees que has hecho algo, pero no puedes cambiar nada" Dimitris, parado, durante la última huelga en Grecia. Tras dos rescates y sendos pactos de austeridad con los acreedores internacionales del país, muchos griegos tienen la impresión de que sus protestas no han servido de nada: "Aquí vienes a gritar, te liberas, crees que has hecho algo, pero no puedes cambiar nada" lamentaba durante el transcurso de la manifestación de la huelga general del pasado 18 de octubre Dimitris, un ingeniero informático en paro. Aquella fue la quinta vez en 2012 que los sindicatos griegos convocaron una huelga general. "La Troika ha seguido imponiendo su austeridad, nuestros salarios siguen bajando y el desempleo y las tasas subiendo. ¿Para qué protestamos?", se preguntaba. Muchos griegos sopesan ya tomar una decisión más drástica: una huelga general prolongada durante días. Sin embargo, infructuosas experiencias pasadas en el sector industrial y las reservas de los dos sindicatos principales, GSEE y ADEDY, parecen alejar de momento tal posibilidad. A pesar de haber sido infructuosas, las manifestaciones en Atenas todavía congregan a decenas de miles de personas. Una nueva jornada de protesta se prevé para el próximo 14 de noviembre. Italia Irene Hdez. Velasco, desde Roma En Italia han tenido lugar numerosísimas manifestaciones, paros y movilizaciones de todo tipo durante los últimos cinco años. Pero tan sólo ha habido una única y solitaria huelga general, que además resultó muy deslucida (por no decir que un rotundo fracaso). Tuvo lugar hace justo un año, el 12 de diciembre de 2011, convocada por los principales sindicatos del país en protesta contra las medidas de austeridad aprobadas por el entonces recién legado al poder Ejecutivo de Mario Monti. El problema es que la huelga sólo se prolongó por un periodo de por tres miserables horas -desde las 11.00 hasta las 14.00 horas- y, encima, no afectó a los transportes públicos, por lo que los autobuses, el metro, los aviones y los trenes funcionaron con bastante normalidad. En fin, que la huelga apenas se notó... De hecho tuvo bastante más repercusión la huelga que una semana después protagonizaron los empleados de los autobuses y trenes públicos, y que provocó graves problemas de movilidad en numerosas localidades. Por que eso sí: desde 2007 hasta hoy Italia ha sido escenario de multitud de paros y de huelgas, pero divididas por sectores y categorías profesionales. Portugal Autobuses fuera de servicio en Oporto. | Efe Virginia López, desde Lisboa En Portugal se está convirtiendo en una especie de tradición que la votación en el Parlamento de los Presupuestos Generales venga acompañada de una huelga general. Las medidas de austeridad a las que han recurrido sucesivamente los gobiernos, tanto el anterior socialista como el actual socialdemócrata, durante las últimas legislaturas para tratar de reducir, casi siempre sin éxito, el elevado déficit público, ha llevado a las dos principales centrales sindicales del país, Unión General de Trabajadores (UGT) y Confederación General de Trabajadores Portugueses (CGTP) a unir fuerzas, como no lo hacían desde 1988, cuando convocaron la primera huelga general de la democracia portuguesa, contra el gobierno conservador de Aníbal Cavaco Silva, actual presidente de Portugal. El 24 de noviembre de 2010, UGT y CGTP convocaron a los trabajadores a paralizar el país contra la gestión del socialista José Sócrates ante la presión de los mercados internacionales sobre la deuda soberana lusa (con intereses por encima de la barrera del 7%) aunque Portugal todavía no había solicitado la ayuda externa. En concreto, los sindicatos lusos movilizaron sobre todo al sector público, después de que las Cuentas incluyeran para 2011 la reducción de un 5% de media en los salarios de funcionarios públicos mileuristas, además de congelar las pensiones. Justo un año después los sindicatos convocaron la segunda huelga general, pero en aquella ocasión contra el gobierno de coalición de derechas liderado por el actual primer ministro socialdemócrata Pedro Passos Coelho. Ya bajo la intervención del FMI y la Comisión Europea, y con el mismo objetivo de reducción del déficit público, el Gobierno anunció un impuesto extraordinario del 50% de la paga de Navidad para todos los trabajadores, además de eliminar, en 2012, las pagas extra de Navidad y vacaciones a funcionarios públicos y jubilados. Con el comienzo del año, la subida del IVA en diferentes productos y servicios, así como el aumento del precio de los transportes, del copago sanitario, del gas y de la luz, la CGTP convocó la segunda huelga general contra el gobierno de Passos Coelho, esta vez sin el apoyo de UGT. El paro se realizó el pasado 22 de marzo. Ahora, los Presupuestos Generales para 2013, que el ministro de Finanzas luso ha calificado como los más restrictivos, vuelven a ser el marco de la próxima huelga general en Portugal, el 14 de noviembre. UGT no secundará esta paralización, motivada por la subida y creación de nuevos impuestos y la reducción de pensiones. Francia Raquel Villaécija, desde París De poco sirvió la movilización masiva contra la reforma de las jubilaciones presentada por Nicolas Sarkozy en 2010. Entonces Francia salió a la calle para protestar contra la decisión de elevar la edad mínima de jubilación de los 60 a los 62 años de edad. Movilizados por los ocho principales sindicatos del país, los ciudadanos galos sacaron la bandera en marzo de 2010 y la enterraron en otoño del mismo año, cuando el Parlamento sacó adelante la polémica norma, que el Elíseo defendía como la única manera de poder mantener el sistema de pensiones. Las movilizaciones se produjeron a cuentagotas y se prolongaron durante varios meses. El de octubre fue el más activo: durante semanas se paralizaron trenes, carreteras y servicios públicos. El día 12 de ese mes (séptima jornada de huelga) más de 3 millones y medio de franceses participaron en el paro, según los sindicatos, aunque el Gobierno redujo la cifra a un millón. Una decena de refinerías de petróleo se sumó a la protesta y aparcó sus máquinas para mostrar su rechazo. Pararon también institutos y centros educativos. De nada sirvió: tras pasar los trámites parlamentarios, la norma fue validada el 9 de noviembre por el Consejo Constitucional. Alemania Rosalía Sánchez, desde Berlín En Alemania, la huelga general está prohibida. Se considera la huelga general como un tipo de política y no se puede llevar a cabo, según la Ley Fundamental, salvo si se trata de una movilización de resistencia frente a una violación del orden democrático. Tampoco son posibles las 'huelgas salvajes' porque van en contra de ese principio básico de la búsqueda de consenso que ha dominado las relaciones laborales en la Alemania de la posguerra. La filosofía, incluso en los conflictos más enconados, es buscar un acuerdo por las buenas, se tarde lo que se tarde, o llegando al arbitraje. Es el caso de las huelgas laborales, por ejemplo las últimas de los empleados públicos, quienes solicitan, tras años de congelaciones salariales, un 6,5% de aumento salarial frente al 3,3% que ofrece la patronal, deben ser pactadas, registradas ante las autoridades competentes y anunciadas con una cierta antelación. Nunca se permite que afecten a todo el país al mismo tiempo, sino a Länder o zonas concretas . Reino Unido Jaime López, desde Londres Muchos lemas son graciosos, con juegos de palabras y pocos insultos. Coloridas pancartas y esa obsesión de los británicos por disfrazarse, aunque sea para ir a una manifestación contra los recortes sociales del Gobierno, también aportan algo de excentricismo y sofisticación a las protestas. La última huelga general en Reino Unido fue convocada en noviembre de 2011, cuando tres millones de funcionarios y empleados públicos marcharon por las calles para rechazar el recorte de pensiones y los austeros presupuestos aprobados por el Gobierno de David Cameron. magen de la marcha en Londres. | Foto: C.F. En aquella ocasión, los sindicatos esperaban que esta medida de presión fuera la mayor huelga del sector público desde el 'invierno del descontento' de 1978-1979, cuando millones de trabajadores paralizaron el país para reclamar mejoras laborales. Un mes después, en febrero de 1979, Margaret Thatcher ganaba las elecciones y aprobaba varios decretos para debilitar a los sindicatos. Desde la huelga general de los mineros en 1926, que duró nueve días y reforzó al Gobierno conservador de Stanley Baldwin, este tipo de convocatorias están prohibidas en Reino Unido. Pero en la práctica los sindicatos públicos tienen derecho a organizar concentraciones, aunque con ciertas restricciones y matices legales. La última huelga general en 2011 fue tildada de "fracaso" por Cameron, quien no dio marcha atrás en su plan para reformar las pensiones. Contrario a otros países europeos, la federación de sindicatos del país, Trade Union Congress, ha optado por no llamar a otra huelga general y convocar largas manifestaciones en fin de semana, como la del pasado 20 de octubre, para evitar afectar los servicios básicos y la economía. Argentina y Bolivia Ramy Wurgaft, desde Buenos Aires Argentina es un país donde abundan los paros sectoriales pero escasean las huelgas generales. La explicación es simple: los sindicatos están divididos en base a la orientación política o a los intereses personales de sus dirigentes. La última huelga de proporciones fue la que convocó Hugo Moyano, líder de la Confederación General del Trabajo (CGT) en julio del 2012, para exigir que los trabajadores sean exentos del impuesto a la renta. Los gremios alineados con el gobierno de Cristina Kirchner no se plegaron a la huelga. Anteriormente, la movilización más amplia fue contra la política de austeridad del gobierno de Fernando de la Rúa, en junio del 2000. En el extremo opuesto del paradigma se encuentra Bolivia, donde la monolítica Central Obrera Boliviana (COB) ha paralizado seis veces al país en los últimos 5 años, ya sea en reclamo de mejoras salariales o contra el aumento de los precios. Las protestas en el Altiplano han ido en aumento según crece el desencanto con Evo Morales, el primer gobernante indígena del país, y sus políticas sociales. Asia David Jiménez, corresponsal Las huelgas son una rareza en Asia, más aún si son generales. En países con China, donde los sindicatos no ligados al Gobierno tienen sus actividades limitadas, la ley no contempla la posibilidad de un paro de la economía. Los más beligerantes de la región son los surcoreanos, taiwaneses e indonesios, pero sus huelgas suelen estar organizadas en empresas o sectores concretos. El poder sindical es, por los general, limitado en Asia. Muchas de las economías de la zona todavía dependen de ofrecer bajos costes laborales, con sueldos bajos, largas jornadas de trabajo y escasos derechos para los trabajadores, en un intento de producir lo más barato posible. La ausencia de seguro de desempleo y de regulación hace que en casos como el de China el trabajador no esté dispuesto a arriesgar su despido con una protesta. Las únicas huelgas generales que ha vivido Asia han estado ligadas a revueltas políticas y han sido utilizadas, en ocasiones, para forzar la destitución de dictadores como el general Suharto en Indonesia. Israel Sal Emergui, desde Jerusalén La última gran huelga general que paralizó Israel tuvo lugar cuatro intensos días en febrero de este año. Al quinto, se llegó a un acuerdo entre el Gobierno y el poderoso sindicato Histradrut mejorando las condiciones de los empleados contratados por agencias temporales. Meses antes y por el mismo motivo, el secretario general de Histadrut, Ofer Eini declaraba una huelga que duró solo cuatro horas. El tiempo que tardó el Tribunal de Asuntos Laborales en ordenar a las dos partes volver a la mesa de las negociaciones. En sus 64 años de historia, Israel ha conocido numerosas e importantes huelgas organizadas por Histradut, el influyente sindicato nacido en 1920 para ayudar a los trabajadores judíos antes de la creación del país. La central sindical fue un pilar fundamental del nuevo Estado y tradicionalmente ligado al movimiento laborista. Aún hoy en día, la voz de Eini es clave en las primarias del laborismo. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu presume de crecimiento económico y descenso del paro "en una época donde importantes economías en el mundo tocan fondo". Pero si gana las elecciones y aprueba, como está previsto, duros recortes en el presupuesto, Histadrut, con el apoyo del partido laborista liderado por la luchadora social Shelly Yachimovich, podría amenazar con protestas y quizá una nueva huelga. En la Autoridad Nacional Palestina (ANP), por su parte, están comprobando en los últimos meses la fuerza de la huelga por motivos sociales y económicos. Habitualmente usado en el contexto de conflicto con Israel (por ejemplo, cierre de comercios y colegios en la llamada "jornada de la ira"), este instrumento se ha destinado a protestar contra el aumento de precios e impuestos dictado por el Gobierno palestino. Las arcas de la ANP-que gobierna en unos territorios donde las decisiones del Gobierno y Ejército israelíes tienen una influencia decisiva- siguen dependiendo de la ayuda internacional. *Información elaborada con los datos recopilados por corresponsales y colaboradores de ELMUNDO.es en distintos países.

Fuente de la Noticias: Noticias de España

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