domingo, 11 de noviembre de 2012

Hu Jintao: El hijo del mercader de té que gobernó China

TEMAS RELACIONADOSChinaCuando Hu Jintao sucedió a Jiang Zemin al frente del Partido Comunista chino en noviembre del 2002, muchos medios de comunicación anglosajones recurrieron al juego de palabras ¿Whos Hu?, en referencia a Whos Who? (¿Quien es quien?, ¿Quien es Hu? Tal era la falta de información sobre el nuevo secretario general de los comunistas chinos). Ahora, diez años después, el juego de palabras sigue siendo valido. Poco, muy poco, se conoce de este hombre opaco, rodeado de un aura misteriosa y nada mediático, que esta semana cederá el mandato a Xi Jinping.A pesar de que el principio que rige en China acerca de que la vida privada de los dirigentes políticos es un secreto de Estado, el largo peregrinar de Hu por todos los escalafones del Partido hasta llegar a la cúspide del poder le convierten en un tecnócrata modelo. Un hombre que sólo sus conocimientos de los arcano! s del Partido le han permitido gobernar al gigante asiático y convertirlo en la segunda potencia mundial.Nacido el 21 de diciembre de 1942 en la localidad de Jiangyan, provincia de Jiangsu, en el seno de una familia de comerciantes de te, Hu Jintao es el primer líder del Partido Comunista moderno. No conoció prácticamente la ocupación japonesa, ni sufrió la guerra civil entre nacionalistas y comunistas y la proclamación de la República Popular por parte de Mao Zedong tuvo lugar cuando tenía 6 años de edad.A la edad de 17 años, en 1959, emprendió los estudios de Ingeniería Hidroeléctrica en la selecta universidad Tsinghua de Pekín. En aquellas aulas conoció a su futura esposa, Liu Yonging, con quien se casó en 1970 y fruto de este matrimonio tuvieron dos hijos: Haifeng, que se dedica a los negocios, y Haiqing, cuyo esposo es el fundador de Sina, el mayor por! tal chino de información y entretenimiento.Inmediatamen! te despu és de concluir sus estudios recibió el carné de miembro de Partido, encuadrado en la Liga de la Juventud Comunista (LJC), la organización que le ha amparado durante años y en la cual Hu se ha apoyado durante toda su carrera política para escalar posiciones y rodearse de hombres de confianza.En sus primeros pasos post universitarios, el joven ingeniero Hu ya se mostró como un hombre tranquilo, sensato y de estilo anodino. Unas cualidades que le han acompañado toda su vida y que en el fragor de la Revolución Cultural (1966-76) le permitieron salir bastante airoso, ya que su reeducación política se limitó a unos pocos meses.Sin embargo, la suerte de su padre en aquella época le marcó para toda la vida. Denunciado públicamente como "capitalista" por los guardias rojos, fue torturado y encarcelado, y murió en la prisión en 1978. Hu regresó inmediatamente a! Taizhou, donde vivía su familia, y organizó un gran banquete en honor de las autoridades locales para pedirles la rehabilitación de su padre. No acudieron y le dejaron sólo en el restaurante. Desde aquella humillación, el presidente chino siempre ha rechazado volver a Taizhou. Cuando quiere saber algo de la familia envia a su mujer o a su hijo.Fue un episodio que acentuó, aun más su instinto de moverse con discreción. Una capacidad que le había permitido iniciar una carrera de apparatchik en 1969 en la periférica provincia de Gansu. Allí se fogueó durante una década y encontró a sus mentores, Song Ping -exsecretario particular de Zhou Enlai- y más tarde trabó amistad con el reformador liberal Hu Yaobang.Pero el gran salto político no se produjo hasta los primeros años de la década de los ochenta, después del ascenso al poder de Deng Xi! aoping. El desembarco del Pequeño Timonel abrió ! la puert a a una nueva hornada de tecnócratas, entre los que se encontraba Hu Jintao, que con su historial de técnico del Partido, leal y competente figuró entre los promocionados y en 1982, fue elegido miembro suplente del Comité Central, en representación de la LJC.Su capacidad de discreción le permitió salir airoso, una vez más de la defenestración en 1987 de su principal mentor, Hu Yaobang, caído en desgracia por no haber reprimido las manifestaciones estudiantiles de diciembre de 1986 en Shanghai.Posiblemente esa purga incitó a Hu Jintao a mostrar su mano dura cuando asumió el cargo de secretario del Partido en Tibet. No le tembló el pulso en marzo de 1989 en decretar la ley marcial y lanzar a las tropas a reprimir una ola de protestas, que terminó con varias decenas de muertos.Algunos analistas consideran que precisamente fue esa demostración de firmeza inicial y una falta d! e ego personal lo que le permitió escalar posiciones hasta entrar en 1992 en el todopoderoso Comité Permanente, el sanedrín que dirige el destino del Partido-Estado. Ya entonces, con 49 años, la mayoría de analistas señalaron que el joven Hu era el elegido por Deng Xiaoping para liderar la cuarta generación de dirigentes chinos, que debían asumir el poder en el 2002.Y así fue. En noviembre de aquel año, a punto de cumplir 60 años, aquel joven reservado y taciturno de Jiangyan llegó a la cima del poder en China. Aquel día el nuevo secretario general mantuvo su hierático semblante y se limitó a alabar los "grandes logros" de los trece años de mandato de su antecesor, Jiang Zemin, y a pedir "unidad para construir la sociedad del bienestar, acelerar el proceso de modernización socialista y establecer un modelo de características chinas".Diez años ! de gestión al frente del gigante asiático han de! mostrado que Hu no era tan liberal como sugerían sus viejas amistades con políticos de tendencia liberal. “No nos dimos cuenta de que Hu llegaría a ser tan conservador”, ha señalado Wu Jiaxiang, un exinvestigador del Partido convertido en empresario y ávido bloguero.Nadie sabe a ciencia cierta cuando se produjo el viraje ideológico de Hu Jintao, si es que lo hubo, o simplemente el liderazgo hizo aflorar su verdadero carácter conservador. Lo cierto es que dejo a todos boquiabiertos cuando en un discurso pronunciado en el 2004 elogió a Cuba y a Corea del Norte por mantener unos firmes controles ideológicos.Algunos analistas vieron detrás de estas declaraciones el temor al contagio de las revoluciones democráticas de Georgia y Ucrania, donde las movilizaciones populares tuvieron un gran protagonismo. Y es que a partir de entonces se empezó a endurecer la represión a los activistas y e! l control sobre los medios de comunicación. Una tendencia que se mantiene, acrecentada, hoy en día.Por aquellas fechas Hu Jintao lanzó su teoría de crear una sociedad armoniosa. Una iniciativa de doble lectura: Sus fieles insisten en que su propuesta se refiere a trabajar para crear una sociedad donde las diferencias no existan. Sus críticos, sin embargo, interpretan que promete que el Gobierno se esforzará en trabajar por una mayor equidad social a cambio de que no se desafíe a la autoridad del Partido.La realidad, sin embargo, es que este aficionado al ping-pong y a los bailes de salón deja la primera línea del poder con un país convertido en gran potencia, con sociedad mucho más disonante y un Partido Comunista más deslegitimado.

Fuente de la Noticias: Notici! as de España

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