miércoles, 21 de noviembre de 2012

Fuegos de artificio en Israel

Los cohetes debieron de sobrarles de la fiesta del mes pasado, del Eid al-Adha o fiesta del Sacrificio, la Pascua de los musulmanes, muy celebrada por aquellos pagos y para la que algunos se prepararon a conciencia. Como no beben sangría, ni botellines, lo que se ahorran en alcohol se lo pulen en cohetes. Los cohetes que tiran los terroristas de Hamas no alcanzan la categoría de misiles, categoría reservada al Ejército de Israel, más brutal y preparado para el ataque, dónde va a parar, que un pueblo que, de manera entrañable, como el que no quiere la cosa, tira cohetes para distraerse. Los cohetes son artilugios de feria que suben hasta el cielo, hacen explosión y se despliegan en palmeras de colores la mar de bonitas. Más o menos como en Valencia, pero con pañuelo de cuadritos, una cosa entre moruna y fallera, muy entretenida. El lenguaje utilizado para describir la actividad terrorista de Hamas y grupos afines es así de caprichoso. Cohetes, no va más; pasatiemp! os de andar por casa y por Gaza.Después del éxito de la traca desplegada por los palestinos sobre suelo israelí durante las últimas semanas, habrá que inventar algo para describir el episodio del autobús de las calles de Tel-Aviv, cualquier cosa menos atentado. Quizá mascletá en pista cubierta. La compañía Carballer, una de las más acreditadas y solicitadas del mundo para fiestas de grandes dimensiones y ventanas a la calle, tiene el suficiente repertorio explosivo como para, tirando de catálogo, encubrir la detonación del autobús y hacerla pasar por uno de esos estruendosos montajes en los que «el espectador se siente indefectiblemente parte del espectáculo», valga la redundancia. Quedarse en lo de atentado equivale a sacrificar la experiencia del pueblo palestino en un tipo de actividades festivas en las que Hamas y grupos allegados han demostrado, de largo, su valía.

Fuente de la Noticias: Noticias de España

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