sábado, 10 de noviembre de 2012

El liderazgo del ejército chino se convierte en el gran enigma

Es el gran misterio del congreso del Partido Comunista Chino. El cargo de comandante en jefe del Ejército de Liberación Popular (ELP) se ha convertido en el centro de todas las especulaciones acerca de las luchas de poder en la cúspide de la organización. El secretario general y presidente saliente, Hu Jintao, baraja mantenerse al frente de la jefatura del ejército para mantener su influencia.El proceso de transición en el liderazgo de la segunda potencia mundial está atado y bien atado a excepción del puesto de presidente de la poderosa Comisión Militar Central, un cargo equivalente al de jefe de todos los ejércitos. En teoría, debe recaer en el líder del partido y jefe del Estado, pero no existe ninguna norma escrita y ello ha facilitado que se disparen las especulaciones.Los rumores sugieren que el secretario general saliente, Hu Jintao, aspira a mantenerse un tiempo como comandante en jef! e. El tiempo suficiente para mantener su influencia en el régimen más allá de sus diez años de mandato.A través de esta iniciativa, el aún hombre fuerte de China intentaría salvaguardar su herencia política y velar por sus protegidos. Entre ellos se supone que está Li Keqiang, que debe substituir a Wen Jiabao como primer ministro. Hu pretende convertirlo en vicepresidente de la Comisión Militar Central, un puesto a través de cual podría mantener su influencia sobre los altos mandos militares a pesar de no figurar en ningún estamento oficial. Otro de los hombres a quien al parecer pretende dejar bien colocado Hu Jintao es el actual jefe del partido en Mongolia Interior, Hu Chunhua, de quien ya se especula que podría ser el sucesor de Xi Jinping como líder del país.La iniciativa del actual dirigente chino tiene un precedente en la figura de su antecesor, Jiang Zemin! . Cuando en noviembre del 2002 Hu Jintao accedió a la s! ecretar& iacute;a general del partido y en marzo del 2003 a la jefatura del Estado, Jiang no renunció a presidir la Comisión Militar Central y siguió al frente del Ejército de Liberación hasta el 2005. Una decisión que causó malestar en la cúpula comunista, porque se interpretó como un gesto de desconfianza hacia su sucesor.Ahora la situación podría repetirse y sus repercusiones son inciertas. Al parecer, Hu ha dicho que no quiere repetir la jugada impopular de Jiang. Existe, sin embargo, un problema de calendario que crea problemas prácticos de gestión y que podría servir de pretexto a Hu.Y es que este cederá la próxima semana el cargo de secretario general del partido a Xi Jinping, pero seguirá como presidente de China hasta marzo del 2013, cuando el Parlamento nombrará a Xi presidente del gigante asiático. Un escenario que los analistas consideran ge! nerador de inestabilidad, ya que los militares se encontrarán durante este periodo de tiempo con dos comandantes en jefe.Otras fuentes aseguran que, para evitar esta situación, los principales generales al parecer han pedido a Hu que siga al mando de la Comisión Militar Central al menos un año, para alargar el traspaso de poder y dar tiempo a Xi a asumirlo. Las mismas fuentes apuntan que el actual presidente podría optar por seguir como jefe militar hasta la sesión anual del Parlamento, en marzo del 2013. "Si esto ocurre, el legado de Hu consistirá en haber institucionalizado la armonización de las transiciones de poder del partido, el Estado y la Comisión Militar Central", subrayan expertos citados por el South China Morning Post.Algunos expertos en política china consideran que este escenario favorecería a Xi Jinping, que dispondría de unos meses para concentrarse en la configuració! n de su agenda de prioridades políticas. "La ventaja de! ello es que daría a Xi Jinping más tiempo para poder centrarse en los cambios internos", dijo David Zweig, de la universidad de Hong Kong.No obstante, a nadie se le escapa que la permanencia al frente de la Comisión Militar Central otorgaría a Hu Jintao el tiempo necesario para colocar y consolidar a sus protegidos antes de pasar a formar parte del club de notables. Un reducido grupo de altos cargos jubilados que a pesar de su edad mueven los hilos del poder desde la sombras, como son los casos de Jiang Zemin (86 años) y Li Peng (84).La partida aún no ha terminado. Sin embargo, a Hu Jintao se le acaba el tiempo y deberá jugar a fondo sus cartas para lograr sus propósitos en la jefatura militar. Toda vez que las quinielas sobre la futura cúpula comunista apuntan a que apenas conseguirá situar a alguno de sus hombres.

Fuente de la Noticias: Noticias de España

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