domingo, 18 de noviembre de 2012

Con permiso del Atlético, Barcelona y Madrid siguen con su monopolio particular en la Liga

Tras sus victorias ante Zaragoza y Athletic de Bilbao, azulgranas y blancos siguen contando sus partidos por victorias. Con la intrusión del Atlético de Madrid, ambos conjuntos siguen liderando la parte alta de la tabla. Al igual que en anteriores temporadas ganan sus partidos con una facilidad insultante, sin grandes alardes. La estructura de una Liga que cada vez más favorece la superioridad de los dos grandes del fútbol español debilita la competitividad del fútbol español. Sólo el Atlético de Madrid de Diego Pablo Simeone amenaza con la dictadura de los colosos de fútbol nacional. En las últimas tres temporadas, ambos conjuntos habían liderado la liga con una distancia notable aunque sin excesos. Si el año pasado el equipo que seguía los pasos a ambos se encontraba a apenas tres puntos (Valencia, 25 puntos), este año las distancias han aumentado. El cuarto clasif! icado (Málaga, 19 puntos) se encuentra ya a siete puntos de los blancos (terceros con 26 puntos). El Real Madrid, tras un inicio dubitativo, va recuperando sensaciones de ese martillo pilón que arrasó la temporada pasada. En su duelo frente al Athletic de Bilbao, volvió a demostrar atisbos de ese juego volcánico que le hace temible.  El  pulso que mantiene con el conjunto ahora entrenado por Tito Vilanova hace que muchas veces pierda de vista la importancia del campeonato doméstico. Sólo ante el conjunto culé ha sido capaz de elevar las pulsaciones de su juego. A diferencia de la temporada pasada, los blancos deambulan por la liga sin esa voracidad competitiva que les permitía ganar los partidos con contundencia. La falta del vértigo que ha caracterizado al juego de la entidad de Concha Espina desde la llegada de José Mourinho, le convierte en un equipo vulgar, fiado únicament! e a algún destello de las estrellas que dispone el entr! enador l uso. Una indolencia que termina pagando en Europa. En el primer enfrentamiento ante un rival de entidad, los blancos sólo fueron capaces de sacar un empate en casa al filo de los noventa minutos. Los avisos lanzados por su técnico parece que haber hecho efecto en unos jugadores al que les ha faltado carácter en este inicio de competición. Ese exceso de relajación le ha permitido al Barcelona dispararse hasta los ocho puntos de diferencia. Un Barcelona que guarda sensibles diferencias respecto al de la temporada pasada. Fiel a su estilo de fútbol de salón, donde lo importante es el esférico, el equipo de Vilanova ha restado pausa al juego. Son menos habituales las posesiones largas. Hombres  como Cesc Fábregas o Pedro, ambos con más peso que en el curso anterior, han motivado que el juego azulgrana sea más eléctrico. Ese menor control en el juego permite a los rivales gozar de m! ás ocasiones de gol. Mientras que en el curso pasado el conjunto entrenado por Pep Guardiola contabilizaba 38 goles a favor por tan sólo siete goles en contra, en el presente campeonato los de Tito Vilanova llevan un gol más a favor y sin embargo 15 goles en contra. Ese menor rigor defensivo es cierto que se ha visto unido a una plaga de lesiones en la zaga que ha obligado al cuerpo técnico culé a improvisar distintas parejas de centrales. El menor nivel respecto a anteriores temporadas de ambos equipos no ha impedido que sigan mostrando una superioridad aplastante respecto al resto de rivales. Todo ello fruto de un campeonato que pierde pulso temporada tras temporada, debido a una crisis económica a la que el fútbol no es ajena y a un reparto del pastel televisivo desmesurado. Sólo el Atlético de Madrid, que se enfrenta al Granada en Los Cármenes parece ser capaz de seguir el paso de los dos gigantes ! del fútbol nacional. El 1 de diciembre, en su enfrentam! iento fr ente a los blancos, se dilucidará si este ilusionante Atlético de Simeone es  un espejismo o una alternativa real al campeonato nacional. 

Fuente de la Noticias: Noticias de España

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